miércoles, 20 de octubre de 2010

LOS INCAS Y SUS OFRENDAS GUERRERAS

Hallan cráneos de guerreros decapitados que serian de enemigos del inca Pachacútec.
(Extraído de EL comercio, 12/11/2009)
Hola, aquí nuevamente su amigo KASHAKER trayéndoles un interesante informe de nuestra cultura peruana.
El cusco capital del imperio guarda aún muchos misterios. En la zona del parque arqueológico de Sacsahuamán se halló lo que serian los restos de guerreros huarichacas decapitados.
Ellos pertenecían a una etnia que intentó invadir los lugares sagrados de los incas al sur de su territorio.
La hipótesis sostiene que fueron decapitados en tiempos de Pachacútec y revela que los incaicos decapitaban a sus enemigos y usaban sus restos en ritos, pues se hallaron estas cabezas dentro de aríbalos (vasijas gigantes incaicas) enterradas durante estos siglos en el cerro qoriwakana.
En el sector también se han hallado nueve tumbas, dos de ellas con restos de niños en posición fetal, sacrificados en ceremonias, muchos ceramios y utensilios metálicos.
Además se descubrieron restos de edificios de barro y piedra y sistemas de andenes que cuentan con una “maqueta” hallada en una huaca cercana.
Dentro de los descubrimientos uno que llama la atención es la vasija en forma se suche, (pez de río) polícroma, hallada casi intacta.
Se cree que los incas enterraron sus objetos para esconderlos de las hordas españolas que estaban invadiendo el imperio.
Podemos Esperar nuevas sorpresas porque a pesar de que lamentablemente el sitio arqueológico está invadido por los pobladores en un 95% de su extensión aún hay sectores sin explorar.
Cuídense y hasta la próxima.

miércoles, 13 de octubre de 2010

EL SAPITO Y LA PRINCESA (Cuento breve)


Hace mucho años ya, de esos dónde la naturaleza ejercía todo su poder sobre los seres que vivían en equilibrio con ella... y dónde la magia era algo natural en ese mundo de antaño... dónde todos los seres se comunicaban entre sí con el lenguaje del habla o del pensamiento, vivía un sapito que viajaba por el mundo en busca de aventuras, crecimiento espiritual y el amor, sí el quinto elemento, que junto a los cuatro restantes, hacían trascender a los seres de la naturaleza a ese mundo soñado, dónde todos son uno.

Pero pasaba el tiempo y el sapito encontró miles de aventuras y creció mucho espiritualmente, al menos eso creía él, pero del amor: solo ranitas que no lo entendían y brujas disfrazadas de princesas, entonces el sapito empezó a pensar que esas cosas del amor era un mito de los antiguos elementales y sentía que el mundo donde vivía poco a poco perdía su brillo y su magia... temía por el futuro del universo y la naturaleza.

Hasta que un día se encontró con una princesa, la más bella que haya visto jamás, la saludó y quiso pasar de largo, pues aunque le llamaba mucho la atención esa bella princesa, por dentro temía que fuera la peor de las brujas, así que aceleró el paso... Pero la princesa le respondió el saludo y lo llamó a su lado. El sapito fue cortés y se le acercó, la princesa le hizo muchas preguntas y él algunas menos, el sapito se dio cuenta que la princesa era muy sensible y necesitaba compañía y la princesa se dio cuenta que el sapito estaba en búsqueda de algo y que no era completamente feliz.

Así todas las tardes, se reunían en medio del bosque a conversar y cada día eran mejores amigos, la princesa le confesó que se sentía sola, pues su belleza atraía a dioses, príncipes, guerreros, caballeros, patanes y plagas de todo tipo, pero nadie quería su tesoro, el que guardaba en su corazón, todos querían disfrutar de su belleza y de su agradable conversación... pero nada más. Escuchar eso de la princesa, hizo que el sapito abriera mucho los ojos y que las esperanzas volvieran: -¿es qué acaso esta bella princesa lleva dentro el quinto elemento?- en ese momento el sapito se enamoró y la princesa supo al instante que es lo que el sapito buscaba.

Pasaban los días, las semanas y los meses, la amistad era más profunda y los sentimientos más intensos entre ellos. El sapito estaba seguro de convertirse en un príncipe sabio para compartir su vida y ser uno solo con la princesa y la princesa estaba segura de haber terminado su larga espera y su lista interminable de decepciones y ser solo uno con ese sapito que ahora le parecía tan lindo... Pareciera el final feliz de este cuento, pero no.

Una tarde de aquellas, dónde la conversación era amena y todo era mágico entre los dos, algo inesperado sucedió, algo que hizo que se conocieran más: La princesa nunca se quedaba muy tarde, pues el sol al descender sobre el horizonte daba la señal para que ella se fuera a dormir, detalle que el sapito en su sabiduría no tomó en cuenta. Pero tan amena fue la charla ese día que los segundos, los minutos y las horas pasaron, el sol descendió y cayó la noche... y una noche oscura y sin luna... La princesa se puso nerviosa y empezó a temblar, pero estaba segura que el sapito la protegería... El sapito no entendía el por qué de tanto temor y para aliviarla, no tuvo mejor idea que animarla con una pregunta: ¿Eres tan bella qué con tu presencia iluminas el mundo y le tienes miedo a esta noche sin luna? Y empezó a sonreír... Pero la princesa no vio una sonrisa, vio una risa y montó primero en furia por burlarse de su miedo... Y luego en decepción, pues se dio cuenta que el sapito no era tan sabio ni tan lindo como creía...

El sapito entró en pánico, era la primera vez que se equivocaba, se sentía como aquellas ranitas y brujas de las cuáles él había huido, se dio cuenta que no era tan sabio como creía. Trató de explicar el error, de repararlo, de hacerle ver a la princesa que no quiso burlarse de ella, pero no pudo... La princesa era demasiado sensible y la decepción fue tan grande para ella, qué a pesar que ya estaba empezando a amar a ese sapito, le dijo que se vaya... y el sapito se fue, sin mirar atrás...

Pasaron muchísimos años más y el sapito vivió miles de aventuras, conoció más ranitas, brujas y princesas, pero ninguna como aquella de las largas y amenas conversaciones...
Pasaron otros muchísimos años más y la princesa conoció a dioses, príncipes, guerreros, caballeros, patanes y plagas de todo tipo, pero ninguno como aquel sapito de las largas y amenas conversaciones...

Un día, en el ocaso de sus vidas y ya cansados los dos en sus búsquedas y esperanzas, fueron cada uno por su lado al medio del bosque, quizás como una nostalgia de aquellos días vividos y coincidieron. Se miraron el uno al otro: Ella no era ya tan bella como en su juventud pero sí se le veía muy sabia y paciente, fruto de la experiencia de los años y él ya no era tan sabio y tan lindo pero sí más sensible y comprensivo, pues la vida y los años le habían enseñado. En ese momento eran 2 en el mundo, se abrazaron y supieron que su tiempo aquí había terminado, qué ya no eran jóvenes para ser 3, pero tenían lo suficiente para ser 1 en el universo, los 4 elementos del bosque los rodeaban, el sapito encontró la llave y la princesa abrió su corazón, el 5 elemento los envolvió y... murieron con una sonrisa... 1, 2, 3, 4, 5... Y de nuevo 1 y vivieron para siempre, tal como quisieron en el principio...

FIN